Imagine un lugar donde las temperaturas pueden moverse entre -50 y 50 grados centígrados, donde la humedad relativa puede variar entre el 5 y el 98 % y donde el viento puede pasar de la calma absoluta hasta casi un vendaval... todo ello en un día.

¿Dónde podría existir ese lugar? Aunque le parezca increíble: en Gore.

Todo ello forma parte de unas instalaciones de ensayo de productos recientemente mejoradas que consisten en un laboratorio de biofísica que puede recrear del 85 al 95 % de los entornos de la superficie de la Tierra y un laboratorio para la protección térmica y contra las llamas que evalúa los elementos clave de la protección contra el fuego.

Aquí tiene información más detallada sobre los componentes clave del laboratorio, que incluyen las nuevas ofertas y las versiones mejoradas de las anteriores instalaciones de prueba de Gore:

  • Laboratorio de biofísica:
    • Cámara climática: antes de entrar en este espacio único, tendrá que echar mano de las gafas de sol, ya que las luminarias solares recrean la fuerza del sol, sin la exposición ultravioleta. Todo depende de los ajustes: uno puede sentirse como en los gélidos picos del Everest o bajo el sol abrasador el Valle de la Muerte.
    • Torre de lluvia: en el exterior de este lugar de pruebas puede leerse una cita del aventurero británico Sir Ranulph Fiennes: "No existe el mal tiempo, sino ropa inadecuada". Gracias a instalaciones de prueba como la torre de lluvia, Gore puede proporcionar los tejidos adecuados para mantener a los usuarios secos y cómodos, ya se trate de una suave llovizna o de un chaparrón. Al igual que las salas de lluvia ya existentes, la nueva torre de lluvia va a ayudar a garantizar la protección contra el agua, al mismo tiempo que ofrece nuevas funciones para evaluar el confort con mayor profundidad; por ejemplo, la posibilidad de poder ajustar las temperaturas de la lluvia y producir lluvia impulsada por el viento. "Al mejorar nuestras instalaciones de prueba, también podemos mejorar lo que ofrecemos a nuestros clientes", apunta el tecnólogo de Gore Ray Davis.
  • El laboratorio para la protección térmica y contra las llamas:
    • El cono calorimétrico: los ingenieros usan esta instalación para medir la capacidad de liberar el calor de los tejidos utilizados en las prendas acabadas, una de las variables más importantes a la hora de desarrollar prendas que protejan contra fuentes de calor y llamas.
    • Ensayo de energía térmica almacenada: ¿qué ocurre cuando un agente del servicio de emergencias se expone primero a un calor extremo en el exterior del incendio y después se acerca más a las llamas? El sudor acumulado tras la primera exposición al calor supone un gran riesgo de quemaduras. Este equipo de ensayo evalúa el tiempo de resistencia al fuego en tales escenarios.
    • Calorímetro de flujo de combustión por pirólisis: un nombre bastante largo, pero también es conocido por sus siglas en inglés, PCFC (Pyrolysis Combustion Flow Calorimeter). Esta herramienta permite a Gore medir la liberación de calor y la capacidad de carbonización de miligramos de muestras de componentes utilizados en prendas resistentes a las llamas, con el fin de identificar y desarrollar con rapidez aquellos que den mejores resultados.

"Nos esforzamos en realizar rigurosos ensayos y aplicar nuestros conocimientos para ofrecer los mejores productos del sector", afirma el tecnólogo de Gore Shawn Riley. "Cuanto mejor entendamos la generación de productos de hoy, más preparados estaremos para proporcionar las innovaciones del mañana".